miércoles, 27 de julio de 2011

Mejillones tigres

Hoy presentamos una rica receta donde el ingrediente principal son los mejillones, los tigres son un clásico de las tapas y raciones en los bares españoles, en mi casa es un clásico que tiene muy buena aceptación. El mejillón se trata de un molusco que está formado por una concha sólida y una masa visceral. La concha es de color negro azulado y tiene un extremo triangular y otro redondeado. La masa interna tiene forma de saco y es de color anaranjado; pálido o intenso según sean machos o hembras respectivamente.

Además del mejillón común existen otras variedades con características particulares.

- El mejillón californiano: Tiene un aspecto muy similar al mejillón común y se captura en la costa del Pacífico hasta el sur de Alaska.
- El mejillón rubio o mejillón Mediterráneo: Es una variedad del mejillón común propia del Mar Mediterráneo.
- El mejillón barbudo: Esta variedad se llama así porque tiene una barba muy larga de color oscuro.
- El mejillón bastardo o gran mejillón: Su tamaño es superior al mejillón común y su calidad es algo inferior.

La mayor parte de los mejillones que se venden en los mercados de nuestro país proceden de la acuicultura lo que permite consumirlos durante todo el año. Se pueden encontrar, pero a un precio mayor, los mejillones capturados en su hábitat natural, es decir, los mejillones de roca. Estos mejillones salvajes son muy abundantes en zonas costeras como por ejemplo en Galicia. Además, al mercado llegan mejillones criados en distintas partes del mundo como en Nueva Zelanda y en Portugal. Debido a que los mejillones son abundantes y se capturan con facilidad, se pueden consumir mejillones frescos durante todo el año. El precio de los mejillones es, entre todos los mariscos, uno de los más asequibles, aunque este precio es algo más elevado en los días previos a la Navidad ya que forma parte de recetas típicas navideñas de muchas regiones del país.

Respecto a su composición nutricional, el mejillón destaca su aporte de proteínas de buena calidad aunque algo inferior al resto de moluscos. Contiene muy poca cantidad de grasa -inferior a un 2 por ciento- por lo que su valor calórico no es muy elevado, de modo que 100 gramos de porción comestible de mejillones aporta 67 calorías. De su contenido de minerales el yodo es el más destacado porque está presente en cantidades abundantes. Además del yodo cabe destacar la presencia de hierro, calcio, sodio, fósforo y magnesio en los mejillones. El hierro que contienen -4,5 gramos por 100 gramos de carne de mejillón- es superior incluso al de muchas carnes como la de cerdo o ternera, si bien hay que tener en cuenta que los mejillones se comen en cantidades inferiores a las carnes, o con menos frecuencia. Así mismo es fuente de vitaminas del grupo B, en especial el ácido fólico y la vitamina E.


Los ingredientes que vamos a necesitar para nuestra  receta son:

  • 1 kg. de mejillones                             
  • 1 cebolla mediana
  • 2 dientes de ajo
  • 500 ml. de leche
  • 50 grs. de mantequilla
  • 125 grs. de harina
  • Huevo
  • pan rallado
  • Nuez moscada
  • Pimienta negra
  • Pimienta de cayena
  • Perejil
  • Aceite de oliva
  • Sal

Comenzamos nuestra receta por limpiar bien los mejillones y lavarlos antes de ponerlos al vapor, para ello nos ayudamos de unas tijeras y una puntilla. En un cazo ponemos los mejillones sin agua a que se nos abran al vapor, una vez que los tenemos, separamos la carne de las conchas y las reservamos. Picamos nuestros mejillones y también reservamos. En una sartén pondremos a pochar la cebolla y los dientes de ajo, que picamos en nuestra picadora. Una vez pochado todo lo unimos a los mejillones ya picados y además le añadimos un poco de pimienta negra molida y un poco de perejil picado, removemos bien. En la misma sartén que hemos utilizado para pochar, haremos una bechamel con la mantequilla, la harina, nuez moscada rallada, sal y la leche, de la leche decir que la hemos puesto a hervir con una pimenta cayena, para que le dé un toque picante a nuestros tigres (si no gusta el picante, no añadimos la cayena a la leche), una vez que hierve la leche retiramos la cayena. Una vez que tenemos la bechamel, añadimos la masa que teníamos con la carne de los mejillones y el resto de los ingredientes, removemos hasta tener una pasta uniforme. Ponemos en un recipiente y dejamos enfriar, una vez fría la metemos en el frigorífico. Lo bueno es hacerlo de un día antes para que la masa se nos quede bien fría y la podamos trabajar bien. Al día siguiente sacamos la masa del frigorífico y rellenamos las conchas que habíamos reservado. Una vez que las tenemos todas, batimos un par de huevos en un plato y en otro ponemos pan rallado. Procedemos a empanar todas las conchas rellenas por el lado del relleno. En una sartén con aceite de oliva bien caliente, freimos los tigres que vayamos a comernos, el resto los podemos congelar si en varios días no nos los vamos a comer. Una vez frito lo ponemos en un plato con una servilleta para eliminar exceso de aceite, pasamos a un plato y llevamos a la mesa. Decir que hay que tener mucho cuidado al comerlos, ya que guardan mucho calor, nosotros en casa nos ayudamos de una cucharilla de postre para degustarlos. No quiero despedir este post sin dar las gracias a mi hermana Sonia, quién ha sido la que me ha recordado esta rica receta, proporcionándome la foto, ya que hace unos días ella los preparó, seguro que estaban muy ricos, ya que tiene muy buena mano para la cocina, además puedo dar fé, ya que he probado entre otros, este rico plato preparado por ella en varias ocasiones.

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