domingo, 24 de noviembre de 2013

Popeye, un arroz de tradición

La receta de hoy es una tradición familiar en mi casa, se hacía en casa de mi Yaya desde que yo tengo uso de razón, no lo he comentado con mi madre, pero supongo que ya viene de mucho antes la elaboración de este rico plato. La verdad es que ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que la comí y gracias a la visita de una tía que venía de antojo, la hemos sacado del baúl de los recuerdos. Para mí, el secreto de este plato es que la carne de ternera que utilizamos, sea una carne que al desmenuzarla, haga hilos, suelen ser carnes más duras, pero más sabrosas si las cocinamos correctamente, ya sea carne de costilla, de pecho o falda. 

Los ingredientes necesarios, son:

  • 200 g. carne de pecho     
  • 150 g. arroz grano largo
  • Tomate frito natural
  • Vino tinto
  • 1 cebolla grande
  • 5 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • Tomillo limonero
  • Pimienta 5 bayas
  • Perejil picado
  • Sal de espuma
  • Aceite de oliva
  • Agua





Comenzamos nuestra elaboración por hervir la carne, para ello vamos a colocarla en la olla a presión y de paso, aprovecharemos el caldo de carne que vamos a obtener durante su cocción, para ello añadimos a la olla: la carne, 4 puerros finos y una zanahoria partida en dos, como ya hemos comentado en otras ocasiones, no vamos a poner sal, para no obtener un caldo salado por evaporación. Esto nos llevará unos 20 minutos, mientras vamos cortando  la cebolla y 3 dientes de ajo,  en brunoise, reservamos. Una vez tenemos nuestra carne, la desmenuzamos en hilos y el caldo lo ponemos en un túper, para después preparar una sopa o cualquier otra elaboración que lleve como ingrediente un buen caldo de carne. En una sartén mediana, ponemos la cebolla, los ajos y la hoja de laurel a pochar con un poco de aceite de oliva y sal de espuma. Cuando está casi a punto, añadimos la carne y la dejamos unos minutos. Después añadimos el vino tinto, más o menos medio vaso, dejamos que evapore el alcohol, añadimos un poco de tomillo y de pimienta negra (cuando le añado un aderezo a una elaboración, yo soy partidario de añadir mas o menos la mitad, y casi al final de la elaboración, añadir la otra mitad, con ello conseguimos resaltar más los contrastes de sabores, ya que estarán más frescos, recién puestos). Una vez evaporado el alcohol, añadimos el tomate frito, dejamos cocer todo en su conjunto unos minutos y poco antes de terminar ya le damos el aderezo final, sin olvidarnos de comprobar el punto de sal, reservamos. Llega el momento de preparar el arroz, para ello en un caldero, ponemos agua a hervir con sal, una vez que hierva, ponemos el arroz, tardará unos 18 minutos, mientras en una sartén pequeña ponemos un poco de aceite de oliva y freímos el resto de los dientes de ajos, picados en brunoise, reservamos hasta que tengamos el arroz. Colamos el arroz y le añadimos los ajitos fritos con el aceite de oliva. Ya solo nos queda montar el Popeye, si quieren que les diga la verdad, no se porque le pusieron ese nombre en la familia, ya que no es una comida con espinacas y tampoco lleva ningún ingrediente marino que nos haga recordar al simpático dibujo animado. Con la ayuda de una flanera ponemos la mitad del arroz, en medio toda la carne y acabamos con el resto del arroz, apretamos suavemente con la ayuda de una cuchara. Le damos la vuelta y servimos en un plato, decoramos con un poco de perejil picado. A mi me gusta comerlo tibio, aunque reconozco que frío también sigue siendo un plato muy apetecible. Aún recuerdo que cuando era un niño este plato lo acompañaba con un plátano, por supuesto, de Canarias y con sus motitas negras.