miércoles, 8 de octubre de 2014

Las habichuelas de mamá

Hoy traemos una de las maneras más frecuentes en las que se comen en casa las habichuelas, ya sean redondas o planas. Desde los fogones de Palomeque mi hermana Sonia es la chef de las fotos de la elaboración, la verdad es que es una de las formas que más nos gustan y queríamos compartirla con nuestro seguidores. Es de fácil elaboración y si no es conocida por vuestros invitados a comer, pues sorpresón al canto. La receta que damos es para dos comensales, en casa la comemos como plato único.


Los ingredientes necesarios son:


  • 500 g. de habichuelas planas frescas
  • 1 cebolla grande
  • 2 papas medianas
  • 1 huevo duro por comensal
  • Laurel
  • Sal de espuma
  • Aceite de oliva












Comenzamos nuestra receta por preparar las habichuelas para hervirlas en un caldero, siempre cuando hierva el agua y con un poco de sal. Las habichuelas por los laterales, tiene como dos hilos a lo largo, si la habichuela no es muy joven, merece la pena quitarlos con la ayuda de un pelador ya que es incomodo encontrarlos después en la boca. Una vez que nos hemos desecho de los hilos cortamos las habichuelas en trozos, más o menos cada una en tres o cuatro partes, dependiendo como nos guste los trozos pero teniendo siempre en cuenta que mejor, trozos que nos quepan en la boca sin necesidad de usar cuchillo para volverlas a cortar. Las lavamos y las ponemos a hervir durante al menos unos 20 minutos o hasta que estén tiernas, tener en cuenta que es mejor dejarlas un poco al diente ya que perderán menos nutrientes. Mientras en una sartén ponemos a pochar la cebolla cortada en juliana con una hoja de laurel y un poco de sal de espuma a fuego lento. Aprovechamos el tiempo de espera de la cocción de las habichuelas y vamos pelando y cortando las papas en cuadraditos, después las lavamos para quitar el almidón. En una sartén con aceite caliente las ponemos a freír y reservamos. Una vez pochada la cebolla, añadimos las habichuelas ya cocidas, les damos unas vueltas y pasados un par de minutos retiramos el laurel y añadimos las papas. Al mismo tiempo hemos tenido dos huevos al fuego en un caldero con agua para convertirlos en huevos duros, durante 12 minutos desde que hierva el agua. Servimos las habichuelas en un plato, con un huevo duro por cada comensal.

lunes, 22 de septiembre de 2014

Guisantes con chorizo y papilla

Hoy retomamos el blog después de una temporada de descanso, traemos una receta fácil de hacer en poco tiempo y que queda rica a la vez que curiosa. Es un plato de pelotitas verdes, así es como las llama una de mis sobrinas, sí, son guisantes. Yo he utilizado unos guisantes tiernos normales, pero también se puede preparar con guisantes baby.



Los ingredientes necesarios, son:


  • 300g. de guisantes congelados
  • 2 tomates medianos maduros
  • 1 cebolla mediana
  • 1 diente de ajo
  • 1/2 chorizo jabuguito
  • Chorrito de vino tinto
  • 1 cucharadita de cúrcuma
  • Jengibre
  • Comino molido
  • Caldo de carne
  • Aceite de oliva
  • Sal de espuma
  • Papilla o puré de papas


Comenzamos la receta por empezar a preparar la papilla, para ello cogemos 3 papas medianas y las ponemos a hervir en un caldero con la piel, previamente las hemos lavado, estarán en unos 15 minutos, pero de todas formas las pinchamos con un cuchillo para asegurarnos que quedan tiernas. Mientras se hacen las papas vamos preparando los guisantes, picamos la cebolla y el diente de ajo en brunoise y lo ponemos a pochar en un caldero con un poco de aceite y sal de espuma. Mientras vamos picando en taquitos pequeños el jabuguito, el cual añadimos una vez pochado, dejamos que el chorizo sude y suelte toda la esencia, lo dejamos cujientito. Llega el momento de echar el vino tinto para desglasar el caldero si algo se nos ha quedado pegado, esperamos a que evapore el alcohol y añadimos: los tomates rallados, la cucharadita de cúrcuma y el jengibre, removemos. Añadimos los guisantes al caldero y removemos. Cubrimos los guisantes con el caldo de carne caliente, esperamos a que hierva y añadimos el comino. Esperamos entre 8 y 10 minutos hasta que estén tiernos. Ya solo nos queda terminar la papilla que se hace de la siguiente manera, pelamos las papas y las escachamos o las pasamos por el pasapuré, de esta última manera quedará mucho más fino. Después añadimos: un poco de mantequilla, un huevo y leche, de forma opcional podemos poner un poco de nuez moscada pero en este caso los guisantes ya van bastantes especiados. Removemos todo bien al fuego y dejamos nuestra papilla lista para comer, hay ha quien le gusta una textura más líquida y otras más seca, va a gusto del comensal o del cocinero que es quien prepara la receta. Ya solo queda servir en un plato e ir a la mesa a dar buena cuenta. Esta receta es para dos raciones. 

martes, 1 de julio de 2014

Tabulé a mi estilo

Hoy elaboramos con cuscús, que es la parte más dura del trigo que no se ha molido para convertirse en harina, un rico tabulé. El tabulé es una ensalada típica de los países árabes que tiene su origen en el Líbano, diremos que mi receta es una adaptación ya que he añadido algún ingrediente que no se encuentra en la receta original. Comentar que la proporción de agua para hidratar nuestro cuscús es la misma que la del cereal, de todas formas a mi me gusta poner un poco más ya que durante la ebullición hay una parte que se pierde por evaporación, yo la pongo muy caliente. Es una elaboración que se degusta a temperatura ambiente para poder saborear al máximo la explosión de sabores que nos brinda esta exótica receta.


Los ingredientes necesarios, son:

  • 1 vaso de cuscús
  • 1,25 vaso de agua 
  • 1 tomate
  • 1/2 cebolla roja pequeña
  • 1/2 limón
  • Zanahoria rallada
  • Cilantro fresco
  • Salsa Worcestershire
  • Aceite de oliva
  • Sal de espuma




Comenzamos nuestra receta por poner a hervir el agua en un caldero, cuando el agua está hirviendo le añadimos unas gotas de salsa Worcestershire para enriquecer nuestro cuscús. Retiramos el caldero de fuego y añadimos el cuscús, con una cuchara removemos, ponemos la tapa y dejamos reposar unos 10 minutos para que absorba toda el agua y doble su volumen. Mientras picamos en una brunoisse muy fina la cebolla, el tomate en concassé, recordar que es el tomate pelado, sin pepitas y partido en cuadraditos. La zanahorias las rallamos y reservamos todo. Picamos muy finito el cilantro y también lo reservamos. Destapamos el caldero y añadimos un chorrito de aceite para que se separen los granos del cuscús, añadimos la cebolla, el tomate y la zanahoria, removemos. Con la ayuda de un rallador le quitamos la piel al limón y se lo añadimos junto con el jugo. Ya solo nos queda aderezar con el cilantro picado y poner a punto de sal. Llevamos a la mesa y buen provecho, en mi caso lo he acompañado con unos medallones de solomillo de ternera a la plancha. 

domingo, 29 de junio de 2014

Ensalada a la miel y mostaza

Hoy presentamos una rica y refrescante ensalada donde hemos variado el clásico aderezo de aceite, vinagre y sal, por una mezcla agridulce que le viene genial a esta elaboración. La verdad soy más de probar aderezos diferentes al clásico, ya sea incluyendo soja, mostaza, miel, limón, ajo exprimido, pimienta cinco bayas u orégano en los diferentes aderezos a la hora de degustar una ensalada. Además de ser una elaboración fresquita con vista al verano también es una comida ligera para soportar de una mejor manera las altas temperaturas que se avecinan, debemos saber que nuestra siesta será más placentera que si hubiésemos comido una comida copiosa con un alto aporte calórico.


Los ingredientes necesarios, son:


  • Lechuga iceberg
  • Tomate
  • Langostinos
  • Jamón de york
  • Rodajas de piña natural
  • Cebolleta
  • Aceitunas verdes sin hueso
  • Orégano
  • Salsa Worcestershire
  • Mostaza dulce
  • Aceite de oliva

Comenzamos por cortar y lavar nuestra lechuga, a modo de curiosidad diremos que me gusta más cortarla con las manos para evitar una pérdida de nutrientes por la oxidación de entrar en contacto con el cuchillo. Pelamos el tomate y le quitamos las pepitas, cortamos en cuadraditos o concassé, reservamos. Los langostinos ya los tenemos cocidos, pero diremos que la manera de cocerlos es, poner un caldero con agua a hervir, cuando el agua hierve, añadimos los langostinos hasta que nuevamente vuelvan a hervir, entonces rápidamente los sacamos a un bol con agua, hielo y sal, donde los refrescamos para que la carne quede prieta, ya que si la carne del langostino estuviera muy fofa, se nos habrían pasado de cocción. Pelamos los langostinos y reservamos. Cortamos la cebolleta en pluma, cuando es para una ensalada donde la vamos a comer cruda, la cortamos en una juliana muy fina que se llama pluma. Cortamos en tiras el jamón de york, en cuadradítos la piña. En mi caso como no he usado sal en el aderezo, no he lavado las aceitunas verdes para rebajar el nivel de sal que viene de la conservación en salmuera. Disponemos todo en el plato, teniendo mucho cuidado de eliminar toda el agua en la lechuga ya que si no nuestra ensalada después quedará aguada, una buena opción es utilizar un escurre lechugas y si no como mal menor la secaremos con la ayuda de unas servilletas de papel. Con la ayuda de un vaso con tapa o una botella especial para aderezos preparamos el nuestro, para ello ponemos: el aceite de oliva, la mostaza dulce, unas gotas de Worcestershire y el orégano, cerramos la tapa y batimos con energía hasta que veamos que nuestro aderezo se queda como una salsa uniforme, esto ocurre porque al agitar el vaso le metemos aire. Ya solo queda llevarlo a la mesa y dar buena cuenta de ello. 

martes, 20 de mayo de 2014

Pimientos rellenos

Hoy presentamos un clásico de la gastronomía española, decir que los pimientos son unas de las verduras más usada en la cocina, para empezar se utiliza en los sofritos, que es la base de la mayoría de las elaboraciones de la gastronomía española, además de servir de acompañamiento para el plato principal que va desde unos pimientos fritos verdes en tiras para acompañar una rica tortilla de papas hasta unos pimientos rojos a la parrilla para acompañar cualquier carne de asadero. No podemos olvidar los pimientos de Padrón, uno de los clásicos entrantes de nuestra gastronomía y tampoco olvidarnos de unos buenos pimientos de piquillo rellenos, ya sean de carne, pescado o marisco. Lo que si me gustaría aclarar es que el pimiento verde es menos dulce que el rojo con lo cual tenemos esto en cuenta a la hora de llevar a cabo la elaboración de un plato. Personalmete, a mí unas de las recetas que más me gusta y mira que es bien simple es un buen bocata de jamón pata negra con pimientos verdes fritos, la receta es tan fácil como freír los pimientos en tiras, abrir un buen pan, poner el jamón y los pimientos verdes fritos, un poco de sal y un chorrito del aceite donde hemos frito los pimientos y a disfrutar.


Los ingredientes necesaros, son:

  • 6 pimientos rojos 
  • 400 grs. de ternera molida
  • 12 lonchas de mozarella
  • 1 cebolla grande
  • 1 puerro
  • 1 zanahoria
  • 2 ramitas de apio
  • 3 dientes de ajo
  • Tomate frito
  • 1 hoja de laurel
  • Pimienta negra
  • Sal de espuma
  • Aceite de oliva
  • Palillos


Comenzamos la elaboración por lavar y vaciar los pimientos, para ello cortamos el pimiento haciendo un sombrero, las semillas y los nervios, reservamos. Picamos todas las verduras en brunoise por separado y ponemos a pochar en un caldero con un poco de acite de oliva, la cebolla y los ajos con un poco de sal. Una vez que este pochado, anadimos el resto de verduras y esperamos a que todo quede nuevamente pochado, después añadimos la carne de ternera picada, como ya he explicado otras veces, me gusta comprar un trozo de carne y molerla en casa en la picadora. Con la ayuda de una cuchara de madera vamos desmenuzando la carne hasta que quede despegada, mientrras veremos como se va pegando la comida al caldero pero tranquilos que para desglasar utilizaremos el chorrito de vino blanco, añadimos el laurel y el tomate frito cuando se evapore el alcohol, dejamos hervir unos diez minutos, añadimos la pimienta y si fuera necesario un poco de agua. Una vez tenemos el relleno, ponemos el horno a precalentar a 200 grados y en una bandeja de cristal ponemos un poquito de aceite de oliva en el fondo y vamos rellenando los pimientos sin llegar al borde, después añadimos el queso y cerramos el pimiento con el sombrero y lo aseguramos con un palillo, así con todos. Una vez que pasen unos 10 minutos de precalentamiento del horno introducimos la bandeja que estará unos 30 minutos de media, para comprobar si nuestros pimientos están tiernos con la ayuda de un cuchillo, los pinchamos. Ya solo queda servirlos en un plato y acordarse de quitar el palillo antes de hincarle el diente.






lunes, 28 de abril de 2014

Potaje de berros

Hoy es lunes y por eso vamos a presentar una elaboración muy típica en las islas, como suele ser día de limpieza o de tareas en casa, se suele hacer un plato de comida el cual se puede ir haciendo a fuego lento sin tener que estar muy pendiente de él. También decir que es un clásico de los fines de semana cuando hace frío y la gente va para los campos a pasear. Antiguamente el potaje de berros era una comida de gente humilde ya que su ingrediente principal crecía a las orillas de las acequias, tal ha sido su arraigo y su evolución que hoy en día es casi imposible conseguirlos salvajes, casi toda la producción es de huertos y su precio alcanza niveles prohibitivos en algunas épocas del año, lo mismo pasa con dos más de sus ingredientes, la piña y las judías tiernas. Como consejo diré que en mi casa se aprovecha cuando tienen buen precio y se compran, las judías se desgranan y las piñas se parten y se guardan en el congelador, la verdad es que se conservan bastante bien durante al menos unos 3 meses. La verdad es que considero que es un plato muy nutritivo y completo ya que era un plato que se preparaba en casas de gente trabajadora y tenía que dejar saciado a las personas, que normalmente trabajan en el campo, para lo cual se le añadía gofio a la hora de comerlo y se acompañaba de trozos de cebolla roja macerada en vinagre y orégano, siendo la más consideraras las de Gáldar, también con un trozo de queso tierno o semiduro. Hoy en día hay gente que le añade carne de cerdo, ya sean costillas frescas o saladas, esto antiguamente era un lujo que casi nadie se podía permitir por los precios que tenía la carne. Ni que decir que este plato tiene millones de variantes, ya que en cada isla, en cada municipio, en cada zona y en cada casa hay una receta, en nuestro caso hemos omitido la carne, ya que en mi casa se suele hacer de la siguiente manera.



Los ingredientes necesarios, son:



  • 500 g. de berros
  • 300 g. de calabaza
  • 300 g. de judías tiernas
  • 1 calabacín mediano
  • 1 cebolla
  • 2 piñas (cortadas en 3 partes)
  • 2 papas medianas
  • 1 ruedita de ñame
  • 1 ruedita de batata blanca
  • 3 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de aceite de oliva
  • cominos en grano
  • sal de espuma
  • agua


Comenzamos nuestra elaboración por desgranar las judías tiernas y las ponemos a hervir en un cazo, cuando den un hervor las retiramos del fuego y tiramos ese agua. Mientras vamos limpiando nuestros berros, ya que desechamos los tallos gruesos, nos quedamos con las hojas, decir que cuando los compramos la mejor forma de conservarlos en la nevera es envueltos envueltos en un paño húmedo. En un caldero mediano-grande, introducimos toda la verdura que hemos picado a mirepoix (en cuadraditos), los berros los picamos con la ayuda de un cuchillo o del robot de cocina, tener en cuenta que al cocer casi toda la verdura se va a deshacer. A las verduras le añadimos un ajo picado en brunoise, las piñas, las judías, el aceite y cubrimos de agua. Dejamos hervir a fuego medio-bajo durante una hora, unos diez minutos antes de finalizar añadimos 2 dientes de ajo machacados con comino y ponemos a punto de sal. Y se me olvidaban las papas, las cuales introducimos en nuestro caldero tronchadas, veinte minutos antes de acabar la elaboración.







viernes, 25 de abril de 2014

Carcamusas toledanas

Hoy presentamos un plato típico de la cocina toledana, para ser sinceros yo nunca había oído hablar de esta elaboración hasta que llegó a mí desde los fogones de Palomeque de mi hermana Sonia. He estado investigando un poco sobre el origen del nombre que recibe el plato y por lo visto viene del Bar Ludueña a mediados del siglo XX, el bar era frecuentado por señores mayores, carcas, acompañados por señoritas mucho más jóvenes, musas, el dueño del bar puso el peculiar nombre a un plato que hoy en día se suele servir como tapa, en algunos casos se acompañan con papas al igual que en otros casos también se le puede añadir guindilla para que le de un poco de alegría. El ingrediente principal de este plato es el magro de cerdo.



Los ingredientes necesarios, son:


  • 500 g. de magro de cerdo en trozos
  • 150 g. de jamón ibérico en taquitos
  • 150 g. de chorizo ibérico
  • 80 g. de guisantes
  • 1/2 pimiento rojo
  • 1/2 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 1 pastilla de caldo de carne
  • tomate frito
  • vino blanco
  • pimienta cinco bayas
  • sal de espuma
  • aceite de oliva 
  • pimienta de cayena (opcional)
  • agua


Comenzamos por saltear la carne de magro que hemos cortado en cuadrados grandes junto con el chorizo en ruedas y los taquitos de jamón, para ello primero añadimos la carne y cuando casi esté sellada, añadimos el jamón y el chorizo, le damos unas vueltas y reservamos. En el mismo caldero ponemos la cebolla picada en brunoise, la ponemos a pochar con un poco de aceite de oliva, le añadimos un poco de sal para ayudar en el pochado. Mientras vamos cortando el pimiento, los dientes en brunoise, que también añadimos (aquí es el momento de decidir si queremos añadir la cayena). Cuando ya tengamos todo pochado, añadimos la pastilla de caldo y damos unas vueltas, seguidamente añadimos el vino blanco para desglasar, después de que se evapore el alcohol añadimos el tomate frito y las carnes, cubrimos de agua y dejamos hervir a fuego medio hasta que el magro esté tierno, salpimentamos y a los 20 minutos aproximadamente añadimos los guisantes que al ser de lata ya están cocinados, dejamos que todo hierva unos 5 minutos más y listo. Podemos añadirle unas papas fritas o si queremos algo menos de grasa, pues unas papas sanchochadas o una papilla, también llamado puré de papas.



jueves, 24 de abril de 2014

Arroz con leche

Hoy regresamos con un postre típico de la gastronomía española, en concreto del Principado de Asturias donde este rico postre es uno de sus buques insignias culinarios junto a la sidra, el queso de Cabrales, las fabes con las que se elaboran platos tan conocidos como la fabada o las fabes con almejas. Lo diferente que hemos utilizado para elaborar esta receta es que hemos sustituido el azúcar blanquilla por sirope de ágave, el cual es rico en azúcares que se absorben por el cuerpo de una forma más sana, siendo el endulzante mejor para las personas que tienen diabetes, además de necesitar menos cantidad para  endulzar las elaboraciones que si utilizáramos la habitual azúcar. También hemos intentado elaborar una receta algo más saludable a no añadir ni nata ni mantequilla, como se recomienda en la recetas originales de la zona.  La recomendación para triunfar en este postre es tener paciencia y no perder de vista la elaboración ya que si no se quemaría y todo se echaría a perder.



Los ingredientes necesarios, son:


1 litro de leche desnatada + 1 vaso
200 g. de arroz redondo
4 cucharadas de sirope de ágave
1/2 rama de canela
1/2 corteza de limón








Comenzamos por poner en un caldero el litro de leche junto con el sirope, la canela y la corteza de limón hasta que llegue a ebullición. Mientras que esperamos a que nuestra leche hierva, vamos lavando el arroz para quitarle el almidón, para ello con la ayuda de un chino o un colador lo ponemos bajo el grifo del agua hasta que veamos que el agua resultante sale igual de transparente que la del grifo. Una vez que hierve la leche añadimos el arroz y bajamos el fuego para que vaya hirviendo a fuego lento, sin dejar de remover de vez en cuando para que nuestro arroz con leche no se agarre al fondo del caldero, deje amarga y con sabor a quemado nuestra elaboración. Esta operación la llevaremos a cabo durante 45 minutos mínimo, pudiendo llegar a la hora dependiendo de la dureza del arroz. Unos 10 minutos antes de que se acabe la cocción comprobamos cuanta leche nos queda en el arroz, hay quien le gusta con más y a otros con menos, recordar que al dejarlo reposar aún absorberá más leche. Si fuera necesario o nos apetece más leche añadiríamos el vaso de leche que habíamos reservado con anterioridad, no me cansaré de recordar que no debemos dejar de remover de vez en cuando. Para ser sinceros y no llevar ni mantequilla ni nata, he de decir que la elaboración ha quedado muy suave y cremosa. En nuestro caso la hemos puesto en una bandeja de cristal y hemos tapado en vivo con film transparente para que no haga costra. Dejamos enfriar y metemos en la nevera, más tarde la serviremos en tazones, un tazón para cada comensal y le podemos ofrecer un poco de leche ya que igual se ha quedado muy seca para su gusto. La leche que ponemos a parte la hemos hervido con el mismo precedimiento que el de la elaboración para no perder las propiedades organolépticas de la elaboración.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Pescado a la portuguesa

Hoy presentamos un plato típico de la cocina canaria, la verdad es que no hay bar o tasca que no cuenten con este plato entre sus enyesques o tapas ya que es bastante demandado entre los clientes. El origen parece venir de tierras portuguesas donde el pescado es su ingrediente estrella, siendo el bacalao el rey, parece ser que fueron ellos juntos con los pescadores gallegos los que poco a poco fueron introduciendo el salazón en nuestras cocinas, ya que el pescado antes era de difícil conservación por ausencia de frío y las distancias de distribución eran muy largas, recuperando la técnica que ya usaban los egipcios. No quiero olvidarme y dar las gracias a todos por hacer posible que el blog esté cerca de conseguir las 20.000 mil visitas, la verdad algo impensable cuando comencé este camino, gracias a todos por leer las recetas y espero que al menos se hayan atrevido a elaborar alguna de ellas, ya que se elaboran para acercar ricas elaboraciones a las mesas de los lectores. Hay que recordar que la cocina no es una ciencia exacta, ya que entran varios factores: tener mano para ello y el ingrediente fundamental, que es hacer las cosas con cariño y llevar a buen puerto una obra de arte aunque esta sea efímera.



Los ingredientes necesarios son:

  • 400 g de corvina en filetes 
  • 100 g de guisantes baby
  • 1 cebolla mediana
  • 3 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • tomate frito
  • vino tinto
  • tomillo limonero
  • pimienta 5 bayas
  • harina
  • aceite de oliva
  • sal de espuma
  • agua


Comenzamos por hacer en tacos nuestros filetes, también se puede hacer en tiras y decir que se puede utilizar cualquier pescado blanco para elaborar este plato. Una vez tenemos nuestros tacos de pescado los salpimentamos y los pasamos ligeramente por harina, con esto vamos a conseguir sellar el pescado y que nuestra salsa ligue cuando añadamos los tacos de pescado. En un caldero ponemos un poco de aceite y vamos dorando los tacos de pescado y reservamos. En el mismo caldero donde hemos dorado el pescado añadimos la cebolla y los dientes de ajo picados en brunoise, añadimos un poco de sal, la hoja de laurel después de lavarla y pochamos. Una vez pochado, añadimos un chorrito de vino tinto, esperamos a que evapore el alcohol (recordamos que el pequeño truco para saber si ha evaporado es que hueles y si te pica la nariz aún hay alcohol), añadimos nuestros guisantes baby y el tomate frito casero, añadimos un poco de agua y dejamos hervir a fuego medio durante unos 8 minutos, pasado este tiempo añadimos el tomillo limonero y los tacos de pescado. Dejamos hervir por unos 5 minutos más y ya está listo el plato. Diremos que si ves que espesa mucho puedes añadir un poco de agua, ya que puede ser por la harina como ya habíamos comentado. Podemos acompañar esta elaboración con unas papas fritas o una papilla (puré de papas).

lunes, 17 de marzo de 2014

Garbanzos al curry con tagliatelles de surimi

Hoy presentamos una receta de unas de las legumbres que más me gustan, ya sea en ropa vieja, garbanzada o como en este caso con especias del lejano Oriente. Decir que variedades de garbanzos hay muchos, ya sea por su zona geográfica,  por su denominación de origen, por su tamaño, etc.. El que más me gusta cocinar es el Pedrosillano, un garbanzo próximo a la variedad Castellana que considero que tiene un especial paladar ya que es fino tanto en su piel como en su carne o albumen. es un garbanzo que se cultiva en La Armuña, comarca de la provincia de Salamanca que a su vez pertenece a la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Del curry poco tenemos que decir ya que en otras ocasiones ya hemos hablado de él, un condimento que es una mezcla de especias en polvo donde predomina en mayor proporción el cúrcuma, proviene de la India y en cada zona se prepara de forma distinta, manteniendo como regla general que lleva un mínimo de siete especias, tales como: cayena, clavo, pimienta negra, cardamomo, cilantro, comino, nuez moscada, ajo, jengibre, etc.. además de la anteriormente nombrada cúrcuma, es una explosión de aromas que no nos dejan indiferentes ya que al oler su aroma nos trasladamos a los mercados donde se vende este condimento y que muchas veces hemos visto por televisión. Como curiosidad diremos que la variante china del curry es el llamado polvo de cinco especias. Y del surimi, diremos que es un producto creado a partir de pescados blancos que se mezclan con aditivos y se suelen vender en barritas como fuente de proteínas y fácil digestión, particularmente a mí me gustan más comprarlos refrigerados que congelados.



Los ingredientes necesarios son:


  • 400 g de garbanzos Pedrosillanos
  • 1 cebolla mediana
  • 1 pimiento verde
  • 2 zanahorias medianas
  • 9 palitos de surimi
  • 1 pastilla de caldo de verduras
  • Vino blanco
  • 1 cucharada de curry
  • Sal de espuma
  • Aceite de oliva
  • Agua



Comenzamos nuestra receta por poner en agua tibia la noche anterior en un bol nuestros garbanzos para rehidratarlos. A la mañana siguiente hacemos nuestros garbanzos en la olla a presión para acelerar el proceso, el tiempo dependerá si lo hacemos en olla rápida o normal, también podemos super acelerar el proceso un con un simple giro de muñeca abrimos un bote de nuestros garbanzos ya cocidos. En un caldero ponemos a pochar junto con un poco de aceite de oliva y sal, la verdura que previamente hemos picado con nuestra picadora. Una vez pochada, añadimos la pastilla de caldo concentrado, damos unas vueltas hasta que la pastilla se haya deshecho y se empiece a tostar el fondo del caldero, añadimos un chorrito de vino blanco y esperamos a que evapore el alcohol. Después añadimos nuestros garbanzos y cubrimos de agua, dejamos cocer todo durante unos 20 minutos. En una sartén tostamos la cucharada de curry con un poco de aceite de oliva, tostamos el curry para que pierda la textura terrosa que nos daría sin tostar y potenciar todo su aroma y sabor. Se lo añadimos al caldero unos 10 minutos antes de terminar la cocción. Mientras vamos cortando nuestros palitos de surimi en trocitos de un dedo de grosor, que añadiremos a falta de dos o tres minutos para finalizar, diremos que al darle vueltas con nuestra cuchara de palo, el surimi se va desenrollando y queda con forma de tagliatelles o cintas. Dejamos reposar unos minutos y servimos, si te animas a llevar a cabo esta elaboración te aseguro que no te vas a arrepentir y la repetirás con toda seguridad. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Calamares en su tinta

Hoy vamos a hablar de una receta que lleva en casa arraigada desde que yo tengo uso de razón y la verdad es que cuanto más la como, más me gusta. Entrando en una polémica actual en muchos restaurantes y que una amiga me recordaba el otro día, sobre los calamares, yo, personalmente la considero una estafa, ya que nos dan gato por liebre y no somos capaces de pedir las hojas de reclamaciones y poner a cada uno en su sitio. Con esto me refiero que a la hora de pedir unos calamares fritos o a la romana preguntas que si son calamares saharianos (decir que desde siempre, son los que tienen mejor textura, sabor y en definitiva, un producto de calidad) siempre dice el camarero, por supuesto que lo son. Una vez que hemos confiado en las palabras del atento y servicial camarero, llega la realidad a la hora de hacer la cata, no son calamares saharianos y ni por asomo son calamares, nos dan anillas de pota a precio de calamares. Lo peor es que en muchos sitios además para asegurarse de que quedan tiernos se les dan un hervor, con lo cual ya la cosa no puede ir a peor. Debemos ser bastantes tolerantes y en algunos casos algo masocas, ya que ni protestamos y encima repetimos local, pero bueno cada cual en su conciencia, empezando por los empresarios restauradores que deberían ser en algunos casos más honestos con los productos se se consumen en sus locales, ya no solo me refiero al caso de los calamares, ya que si seguimos indagando hay muchos más, desde vendernos productos frescos y servirnos congelados. 

Pero bueno, dejando la polémica a un lado, entramos en nuestra cocina y ponemos en marcha nuestros fogones para preparar esta receta. Lo primero que debemos hacer es limpiar nuestros calamares si no lo hemos pedido limpios ya en el mercado, puedes ver de nuevo la receta donde explicamos como puedes limpiar tu mismo los calamares



Los ingredientes necesarios, son:


  • 1,5 kg. de calamares
  • 2 cebollas medianas
  • 2 dientes de ajo
  • Tinta de calamar
  • Vino blanco
  • 1 cucharada de harina
  • 1 hoja de laurel
  • Aceite de oliva
  • Sal de espuma
  • Agua c/s si fuera necesario



Comenzamos nuestra receta por limpiar y cortar en anillas nuestros calamares, reservamos. Las cebollas y los dientes de ajo los picamos en brunoise, lo ponemos a pochar en un caldero con un poco de aceite de oliva, la hoja de laurel y sal de espuma. Una vez que lo tenemos pochado, añadimos la cucharada de harina que nos ayudará a ligar la salsa, le damos unas vueltas para tostarla un poco y añadimos los calamares, les damos unas vueltas y añadimos un chorrito generoso de vino blanco desde un vaso donde hemos disuelto la tinta del calamar. Como norma diremos que hay que añadir un poco de agua, pero cuidado ya que al cocinar los calamares estos también sueltan agua, con lo cual es mejor ir añadiendo poco a poco lo que la elaboración vaya pidiendo. Dejamos hervir hasta que estén tiernos, en olla express unos 15 minutos y en nuestro caso algo más de 30 minutos ya que me gusta como casi todos saben, cocinar de forma tradicional, aunque no tengo nada en contra de la olla express y considero que es un práctico utensilio de cocina. Para finalizar, hemos acompañado nuestro calamares con un arroz blanco con ajitos fritos.

jueves, 27 de febrero de 2014

Verduras al curry marroquí sobre cama de puré de papas

La verdad es que ayer nos dio por experimentar, utilizamos un curry marroquí, tiene un parecido a las especias morunas de los famosos pinchitos morunos, ya sean de cordero o pollo, y lo fusionamos con un puré de papas o como familiarmente se llama en mi casa, papilla. Siempre he visto combinar los currys con arroz basmati o aromático. La receta es bastante simple y rápida de hacer, es perfecta para cuando recibimos visitas inesperadas o una cena, de lo único que tenemos que preocuparnos es de tener algunas verduras frescas y problema resuelto. Además de ser una receta sana y bastante aromática, la cual nos trasladará al degustarla a cualquier lugar paradisíaco de Oriente que pensemos. Te aseguro una cosa, si te atreves a hacer la receta, va a pasar a ser una de tus imprescindibles, no lo dudes y ponte manos a los fogones.



Los ingredientes necesarios, son:


  • 200 g de brécol
  • 4 zanahorias
  • 2 calabacines
  • 1 pimiento verde
  • 1 cebolla grande
  • Cebolleta
  • 1 cucharada sopera curry marroquí
  • Aceite de oliva
  • Sal de espuma
  • Puré de papas
  • Pimienta negra


Para ser sinceros y como no tirar la comida, el puré de papas es de sobre el cual lo hemos mejorado con leche y pimienta negra, no están los tiempos para tirar la comida. Soy más de hacerlo con unas papas sancochadas, mantequilla, huevo, leche, sal y pimienta negra. Las verduras las lavamos y pelamos. En una sartén ponemos a pochar la cebolla cortada en juliana junto con las cebolletas y el pimiento cortado en mirepoix, es un cuadrado de 1 cm junto con un poco de aceite de oliva y sal. Mientras, vamos cortando las zanahorias y los calabacines igual que el pimiento verde. El brécol lo separamos en ramilletes no muy grandes para que se cocinen y no se queden duros, los dejaremos al dente. Una vez que veamos que todo ya está en su punto, añadimos la cucharada de curry y cocinamos unos 3 minutos más. Vamos calentando el puré de papas que ya habíamos cocinado antes. Ponemos en el fondo de un plato hondo, una cama de puré de papas y encima las verduras al curry que dará al puré de papas un dorado especial. Servimos caliente y buen provecho.


martes, 18 de febrero de 2014

Acelgas rellenas

Hoy presentamos un plato donde el ingrediente principal son las acelgas, es uno de los alimentos más ricos en vitamina A, además de contener potasio,hierro, magnesio, yodo y ácido fólico, decir que cuanto más verde es la hoja de cualquier vegetal, más vitaminas contiene.La mejor época del año para consumirlas es en invierno ya que llegarán a nuestra mesa con las hojas más verdes debido a que hay menos sol. Desde hace tiempo estaba detrás de meterle mano a esta receta ya que la cosa viene de muy atrás. Desde niño me han vuelto loco las acelgas rellenas de un famoso restaurante de Las Palmas de Gran canaria, la verdad es que las he llegado a pedir de entrante y de postre. Y llegó el momento de intentar hacerlas, el resultado no ha sido el esperado ya que yo tengo marcado a fuego en mi mente ese sabor, pero he de reconocer que quedaron ricas. Sin más encendemos las luces y los fogones de nuestra cocina y comenzamos.



Los ingredientes necesarios, son:

  • 8 hojas de acelgas grandes
  • 8 lonchas de jamón cocido
  • 8 lonchas de queso manchego
  • 6 lonchas de beicon ahumado
  • 1 cebolla morada grande
  • 2 dientes de ajo
  • 2 cucharadas de sopa de rabo de buey
  • 2 cucharadas de tomate frito
  • Caldo de verduras
  • Vino tinto
  • Aceite de oliva
  • Sal de espuma



Comenzamos nuestra receta por limpiar y lavar bien nuestras hojas de acelgas, una vez lavadas les quitamos la penca para ello ponemos la hoja boca abajo y con la ayuda de un cuchillo le quitamos la penca cortando en v, el propio sentido común te muestra el corte al ver el blanco de la penca, no las tiramos, la reservamos. Ponemos un caldero con agua y sal a hervir, recordamos que la sal es mejor añadirla una vez que empieza a hervir, ya que si no nos va a retrasar la ebullición. En ese agua escaldamos nuestras hojas durante 1 minuto, tiempo suficiente para que se vuelvan manejables y las podamos enrollar, refrescamos y reservamos.  En una sartén con un poco de aceite de oliva ponemos a pochar nuestra cebolla, los dientes de ajo y las pencas, cortadas en brunoise junto con un poco de sal, esperamos hasta que poche. Una vez pochada, añadimos el beicon cortado en brunoise y removemos para que suelte todo su sabor y aroma durante un par de mintutos. Mientras la cebolla se va haciendo, podemos aprovechar para hacer nuestros paquetitos con las acelgas, llegado a este punto comentar que tanto el jamón como el queso puede ser sustituido por lo que más te guste, jamón cocido o serrano, lo malo del serrano es que al ser más fuerte de sabor predomina sobre la acelga y yo prefiero un queso manchego a un gouda ya que le va a aportar a la elaboración más cremosidad. Para hacer nuestros paquetitos, sobre un paño de tela extendemos una hoja de acelga, ponemos encima primero una loncha de jamón y después una de queso, plegamos los laterales y después enrollamos, es la misma técnica que para hacer un rollito de primavera, hacemos lo mismo con el resto y reservamos. Tendremos mucho cuidado de que quede bien cerrado ya que si no a la hora de cocinarlos el queso cuando se funda se nos escapara del paquetito. Seguimos con la elaboración de la salsa, llegados a este punto después de sofreír el beicon, añadimos las dos cucharadas de rabo de buey, damos unas vueltas para potenciar el sabor y regamos con un chorrito de vino tinto, dejamos que evapore el alcohol y añadimos el tomate frito, nuevamente damos unas vueltas y añadimos un poc de caldo de verduras que previamente hemos elaborado partiendo del agua de escaldar las acelgas que no hemos tirado y hemos añadido unas hojas del verde del puerro, una zanahoria, un pimiento verde, una cebolla y un tomate (ya que necesitamos un poco de caldo, podemos aprovechar y hacemos más y lo dejamos en nuestra nevera para próximas elaboraciones o un caldito nocturno para mitigar el frío) dejamos que todo el conjunto hierva durante unos minutos y ahora decides que quieres hacer con la salsa, pasarla por la turmix o dejarla entera, yo soy más partidario de dejar esta receta lo más rústica posible, probamos de sal y rectificamos si fuera necesario, tener en cuenta si lo hacéis con jamón serrano que a la hora de comerlo estará más salado. Introducimos nuestros paquetitos de acelgas y dejamos a fuego medio entre 7 y 10 minutos, tiempo suficiente para que se termine de hacer nuestra acelga y el queso se funda. decir que la acelga se queda al dente y a la vez mantiene mejor las propiedades ya que una cocción excesiva hace que se pierdan por completo. Si vemos que nuestra salsa se queda muy seca, podemos añadir un poco más de caldo. Servimos y nos vamos a la mesa a degustar este rico plato, una forma diferente de comer verduras y disfrazarlas para las personas que no son muy amantes de ellas.

lunes, 17 de febrero de 2014

La fabada, un clásico...

El frío nos sigue golpeando fuerte y seguimos cocinando platos que nos aportan un alto valor calórico para poder lleva lo mejor posible las bajas temperaturas. Hoy de nuevo desde los fogones de mi hermana Sonia en Palomeque nos llegan un clásico de las mesas españolas, la fabada. De ella podríamos estar horas y horas hablando ya que pasa lo mismo que con la paella, cada casa tiene una receta que hay derivando de la original por diversas razones, debido a la situación geográfica pues los ingredientes pueden variar ya que todas las zonas tienen sus productos locales. Se puede variar en el tipo de judía, del chorizo, el bacon, etc... Hoy nosotros vamos a cocinar nuestra receta con unas judías de El barco de Ávila, ya que aprovechando una escapada de fin de semana fueron compradas en la zona, es una judía que tiene mucha fama, y de diferentes variedades de riñón, planchada, judiones... es una zona que debido a su clima presentan unas características organolépticas que le han otorgado Denominación Específica.



Los ingredientes necesarios, son:

  • 500 g. de judías
  • 2 chorizos ibéricos
  • 2 morcillas ibéricas
  • 100 g. de beicon o panceta
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • Aceite de oliva
  • Agua
  • Sal de espuma









Comenzaremos nuestra receta la noche anterior poniendo nuestras judías a remojo en un bol con agua fría para que se vuelvan a hidratar. En un caldero ponemos un poco de aceite de oliva y marcamos la panceta, los chorizos y las morcillas, añadimos las judías escurridas junto con la cebolla y los dientes de ajo, cubrimos de agua limpia y llevamos a ebullición, llegados a este punto diré que a mí me gusta el sabor más suave que el que le aporta el "compango asturiano", del cual decir que también está muy bueno. Asustaremos las judías unas tres veces con un chorrito de agua fría, pero antes de esto desespumamos las impurezas que suelta el guiso la primera vez que hierve, después de que vuelvan a hervir la dejamos a fuego medio pero sin que dejen de borbotear, lo que se conoce como chup-chup hasta que las judías estén tiernas. Lo de asustar las judías es para evitar que revienten y la piel se separe de la judía. A fuego medio tardarán unas dos horas y media, durante su cocción vamos removiendo el caldero para que las judías suelten la fécula que irá espesando nuestro caldo. Al cabo de dos horas si las judías no han soltado fécula suficiente, podemos utilizar un pequeño truco, cogemos la cebolla, los dientes de ajo, algunas judías y un poco de caldo y lo trituramos con la turmix, lo volvemos a añadir al caldero y esperamos a que estén tiernas nuestras judías. Probamos el guiso y rectificamos de sal si fuera necesario. Servimos caliente en un plato hondo y acompañamos con un trozo de pan casero junto con una copa de vino tinto que nos ayudará a digerir mejor nuestras judías. Se me olvidaba comentar que para que no se nos revienten los chorizos o las morcillas, lo mejor es pincharlas con la ayuda de la punta de un cuchillo. Decir que si las judías no te sientan muy bien en el estómago, puedes añadir un poco de comino al guiso. En mi casa una variante de la fabada son las judías estofadas, no se le pone el beicon y se le añade zanahoria, además que a la elaboración se le añade una cabeza de ajos entera.



domingo, 16 de febrero de 2014

Rancho canario

La verdad es que llevaba tiempo queriendo escribir sobre este plato típico de la cocina canaria y me ha llegado elaborado desde los fogones de mi hermana Sonia en Palomeque, Toledo. Decir que es un plato de hidratos bastante completo, ya que era bastante usual entre las personas que trabajan en el campo, es un plato humilde y que a pesar de ello aporta mucha energía para doder sobrellevar los esfuerzos que exige el campo, es una combinación de papas, legumbres y pasta. Es una receta que nos viene perfecta para los días fríos, ya que es un plato de cuchara que se come caliente y se agradece cuando el termómetro marca bajas temperaturas. Es una receta que queda muy rica con pocos ingredientes y es de fácil elaboración, en las casas canarias es un plato que podemos encontrar los días que hay otras obligaciones que atender en la casa, podríamos decir que es comida de lunes como los potajes.



Los ingredientes necesarios, son:


  • 250 g. de garbanzos pedrosillanos
  • 200 g. de panceta salada
  • 150 g. de macarrones
  • 4 papas medianas
  • 1 cebolla
  • 1 tomate maduro
  • 1 pimiento verde
  • 2 dientes de ajo
  • 1 hoja de laurel
  • 1 ramita de tomillo limonero fresco
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • Azafrán en hebras
  • Aceite de oliva
  • Sal



Comenzaremos por desalar la panceta salada, 24 horas antes de su uso, para ello la ponemos en agua y le cambiamos el agua un par de veces, y la noche anterior, ponemos los garbanzos en agua tibia para que se rehidraten. Al día siguiente en un caldero ponemos a hervir la panceta junto con los garbanzos, los cuales añadimos cuando el agua esté caliente. Yo soy más partidario de cocinar sin prisas, utilizando el método chup-chup de toda la vida, estará a fuego medio durante una hora y media, también tenemos la opción de usar una olla express que tardará como unos 20 minutos aproximadamente. Añadimos un poco de sal a los garbanzos. Mientras podemos ir preparando el sofrito que vamos a añadir al rancho, para ello en una sartén ponemos un poco de aceite de oliva y añadimos en brunoise, la cebolla, el pimiento y los dientes de ajo hasta que se pochen, una vez pochado, añadimos el laurel, el tomillo, el pimentón y las hebras de azafrán que previamente hemos tostado en una sartén, removemos. Incorporamos el tomate cortado en concassé ( pelado, sin semillas y picado), sofreímos por unos 5 minutos a fuego suave, esperamos a que evapore el agua que suelte el tomate y reservamos. Añadimos al caldero de los garbanzos y la panceta, las papas tronchadas para que suelten más almidón, el sofrito y los macarrones ( en nuestro caso hemos puesto unos tipo tubo), sazonamos. Dejamos que todo hierva junto por unos 30 minutos y rectificamos de sal si fuera necesario. Cinco minutos antes de terminar sacamos la panceta y la troceamos. Servimos caliente y damos buena cuenta con nuestra cuchara, buen provecho.

viernes, 14 de febrero de 2014

Basmati al aroma oriental con verduras a la canela

Hoy desde los fogones de Fuerteventura nos llega una receta que va a despertar nuestras sensaciones de viajar a un país oriental ya que nuestra receta lleva como ingrediente estrella un curry peculiar que no dejará indiferente a ningún comensal y si encima potenciamos ese sabor con dos especias potencialmente afrodisíacos, pues mejor que mejor. Además es una receta vegetariana para aprovechar también el sabor natural y  fresco que nos van a aportar los vegetales a ser posible ecológicos a nuestra elaboración. Cada día estamos más convencidos que tenemos que volver a aprender a comer. Me explico, hoy en día debido a las prisas y la comodidad para tener más tiempo para nosotros hemos involucionado a la hora de comer, comemos demasiadas grasas hidrogenadas, grasas saturadas, conservantes, colorantes y demás aditivos que a la larga no aportan nada bueno a nuestra salud, eso si en el momento que hemos terminado de comer estamos felices y satisfechos. Y si ya hablamos del porcentaje de más de sal que comemos, apaga y vamos, deberíamos apreciar los sabores naturales de los alimentos que cocinamos, agregando la sal justa y necesaria, si aún queremos potenciar más el sabor podemos añadir especias que lo harán sin repercutir tan negativamente en nuestro organismo. Tenemos una maquinaria perfecta en un cuerpo perfecto, pero somos nosotros mismos los que hacemos que esa máquina falle, alimentándola con combustible equivocado. Después de esto, nos remangamos y entramos de lleno en la cocina para preparar nuestra receta de hoy.


Los ingredientes necesarios son:

  • 300  g. de arroz basmati
  • 80 g. de guisantes baby
  • 1 cebolla roja mediana
  • 1 tomate
  • 1 pimiento rojo
  • 4 zanahorias
  • 2 ramas de apio 
  • 2 dientes de ajo
  • 40 g. de almendras laminadas
  • Curry oriental
  • Canela en polvo
  • Jengibre fresco
  • Sal de espuma
  • Aceite de oliva 




Comenzaremos nuestra receta por poner al fuego un caldero con agua para cocer nuestro arroz basmati, una vez que hierva el agua le añadiremos un poco de sal, el tiempo de cocción del arroz dependerá de las instrucciones del fabricante, pero suele oscilar entre 10 y 12 minutos para dar una referencia. Mientras nuestra agua se calienta vamos picando en brunoise: la cebolla, los dientes de ajo, el pimiento rojo y el apio. Una vez todo picado en una sartén ponemos todo a pochar con un poco de aceite y sal, añadimos también los guisantes. Ahora que ya hierve nuestra agua, añadimos el arroz basmati y nuestro curry oriental (cebolla, semillas de mostaza, cilantro, pimentón, romero, pimientas 5 bayas, hinojo, perejil y cúrcuma). Mientras vamos rallando nuestras zanahorias y nuestro tomate, por separado, añadimos las zanahorias ralladas y reservamos el tomate hasta que todas las verduras estén pochadas y entonces será el momento de añadirlo. En una sartén vamos a tostar nuestras almendras laminadas a fuego bajo y sin nada de aceite, ya que le queremos aportar todo su sabor natural, reservamos. Una vez que ha reducido el jugo del tomate añadido es el momento de potenciar el sabor, para ello rallamos un poco de jengibre (tener en cuenta que le da un toque un poco picante) y la canela, es mejor añadir poco a poco y conseguir el equilibrio buscado, no tengas prisas, ya que si te pasas, quedará muy fuerte de sabor y será más complicado arreglarlo. Una vez colado nuestro arroz lo añadimos a la sartén y le damos unas vueltas para que todos los ingredientes se fusionen con todas nuestras especias. Rectificamos si fuera necesario y añadimos las almendras. Ya solo queda servirlo y disfrutarlo con una buena compañía en la mesa.

miércoles, 29 de enero de 2014

Hamburguesa Gourmet

La verdad es que no sé por donde empezar, me refiero es que últimamente me he vuelto aún más quisquilloso a la hora de comprar, ya me entretengo más en mirar y remirar etiquetas, creo que cada vez comemos peor ya que nos hemos acomodado y hemos puesto por delante de cocinar otro tipo de prioridades y a la larga perderemos en salud. De momento me he convencido de que utilizamos en nuestro país un edulcorante que ya lleva prohibido bastantes años en Estados Unidos y Reino Unido, es el polémico E-952, ciclamato sódico, es un edulcorante no calórico que endulza 30 veces más que el azúcar y se encuentra presente en zumos, bebidas refrescantes y todos los refrescos de cola. Si tan malo es para estos dos países porque nuestro Gobierno no lo prohíbe también. Todo esto viene a que cada vez estoy más convencido del "made yourself", si quieres saber que comes, lo mejor que puedes hacer es prepararlo tu mismo. Hoy preparamos una carne molida y comentaré que ya me la muelo yo mismo, compro el trozo de carne y se como la muelo y lo que le añado. Ya que me he fijado que la que compras ya molida en supermercados y grandes superficies, suelen llevar conservantes y estabilizantes para que la carne no se estropee, y el otro motivo es que cuando te la muelen al mismo momento de comprarla, no sabes cuanto tiempo lleva la máquina con restos de otra carne y que carne era, ya que al igual está mezclada con cerdo y ternera y nosotros no queremos ternera. Ya lo sé, yo también lo pienso, vaya rollo, pero me he convencido que cuanto mejor comamos, mejor estaremos. También ha salido en la prensa que en las comidas preparadas que se vendes en supermercados e hipermercados que vienen elaboradas por las grandes empresas alimentarias vienen con un 7% más de sal que años anteriores, creo que en vez de mejorar, cada vez vamos a peor a la hora de evolucionar en el mundo de la comida, ya no hablemos de las grasas hidrogenadas, presentes en casi todos los productos ya elaborados y congelados, los cuales solo necesitan unos minutos de fuego para que se sirvan en el plato que te vas a comer. Para ser justos también he de decir que aunque son pocas empresas, ya existe en el mercado varias elaboraciones libres de este tipo de grasas, que si no lo sabes, es la más perjudicial para nuestro cuerpo. Bueno, después de esta pequeña aclaración vamos con la receta. Vamos a preparar unas cuatro hamburguesas.


Los ingredientes necesarios, son:



  • 500 g. de tapilla
  • 1 cebolla mediana
  • 3 dientes de ajo
  • 5 huevos
  • Mostaza
  • Perejil
  • Pimienta 5 bayas
  • Albahaca
  • Sal de espuma
  • Rúcula
  • Rulo queso de cabra
  • Rodajas de tomate
  • Cebolla frita
  • Pan de hamburguesa con sésamo
Para el ali-oli de le
  • Leche
  • 1 diente de ajo
  • Aceite de oliva suave
  • Perejil
  • Semillas de amapolas
  • Sal de espuma

Comenzamos nuestra receta por cortar en brunoise la cebolla y los ajos, los ponemos a pochar en una sartén con un poco de sal y aceite de oliva, mientras se pocha, vamos picando la carne con la ayuda de una buena picadora, para ello cortamos en cuadraditos nuestra ternera y vamos picando poco a poco. Cuando tengamos el pochado, lo reservamos y dejamos que se enfríe antes da añadirlo a la carne. En un bol ponemos la carne, el huevo, la mostaza, el perejil, la pimienta, la sal y el pochado. Llega el momento de pringarse, para ello con nuestras manos amasamos todo bien hasta que todo se quede bien mezclado, si quieres te puedes poner guantes, no te manchas y es más higiénico, reservamos nuestras hamburguesas. Ahora toca preparar el ali-oli de leche para ello, en el vaso de la turmix ponemos, un dedo de leche, tres de aceite de oliva suave, el ajo, el perejil, las semillas de amapolas y la sal. Para hacerla lo único es arrancar desde la parte baja del vaso e iremos subiendo poco a poco a medida que veamos que va cuajando, una vez todo cuajado, probamos y rectificamos si fuera necesario. Ya solo queda dar forma a nuestras hamburguesas y prepararlas a la plancha, al mismo tiempo preparamos los huevos fritos que vamos a poner dentro de nuestra hamburguesa, una vez que hemos puesto el huevo a freír, espolvoreamos con sal y albahaca en polvo. El montaje de la hamburguesa es la siguiente, parte de abajo del pan, el huevo frito, rodajas de tomate, rúcula, hamburguesa, queso de cabra a la plancha y la cebolla frita. Cerramos con la tapa en la que hemos puesto nuestro ali-oli de leche y ketchup. Podemos acompañar nuestra hamburguesa con unas papas fritas, unos aros de cebolla o como en nuestro caso con unos pimientos de Padrón. Como dice mi hermano, no te da pena comértela después de todo el curro, la verdad es que los platos de comida que preparamos son obras de arte, arte efímero que sabemos de antemano que van a ir a parar a nuestros exigentes estómagos. 






domingo, 19 de enero de 2014

Carpaccio de solomillo de ternera

La verdad que hoy hay poco que contar, ya que hoy en día se hace carpaccio (originariamente eran finas lonchas crudas de ternera o buey maceradas en un aliño que lleva limón, que es un medio ácido) de casi todo: carnes, pescados, mariscos y frutas. Nosotros hace ya tiempo preparamos un carpaccio de calabacines y con carne de ternera preparamos un steak tartar. Para ser honestos hay que decir que las carnes más seguras para preparar un carpaccio son la ternera y el buey, ya que debido a su composición es más complicado que esta carne se contagie, lo que conlleva un serio riesgo para nuestra salud, tampoco se vayan a creer que es 100 por 100 fiable, ningún alimento lo es si no se toman las medidas higiénicos-sanitarias para que esto no ocurra. Poco más que decir, la carne cuando llega al comensal ya no está del todo cruda, ya que ha sufrido una leve cocción por la actuación del limón.


Los ingredientes necesarios, son:


  • 100 g de solomillo
  • 80 g de parmesano reggiano
  • 1/2 champiñón
  • 1 trocito de apio
  • 1 limón, zumo
  • Pimienta negra 5 bayas
  • Aceite de oliva extra virgen
  • Sal
  • Alcaparras picadas (opcional)





Comenzamos por comentar que para poder cortar tan fino el solomillo, o lo cortamos congelado con la ayuda de un cortafiambres o como en mi caso, dejamos que se empiece a descongelar hasta que con la ayuda de un cuchillo fileteador o jamonero podamos sacar las finas lonchas de carne, que vamos distribuyendo alrededor del plato. Con la ayuda de un pelapapas le quitamos las hebras al  trozo de apio que previamente hemos lavado y picamos en brunoise, Con el champiñón hacemos lo mismo, picado en brunoise, pero recordar que no se lava, si no con la ayuda de un papel de cocina, limpiamos de tierra, ya que si lo lavamos perdería en sabor. Una vez tenemos estos dos ingredientes picados, los distribuimos por encima de nuestras finas lonchas de carpaccio. Ya solo nos quedaría pensar si queremos las alcaparras, que también irían picadas y preparar el aliño, para ello en vaso añadimos: el aceite de oliva extra virgen, el zumo de un limón (esto es al gusto, pero cuanto mas limón, mas se potencia el sabor), la pimienta negra 5 bayas y sal. Con la ayuda de un tenedor batimos hasta que veamos que al meter aire al aliño cambia de aspecto y todos los ingredientes se fusionan, antes de regarlo por encima del plato podemos rectificar de lo que hiciera falta, ya que siempre es al gusto del comensal. Regamos por encima de la ternera y con la ayuda de un pelapapas sacamos las finas lonchas de parmesano reggiano de nuestra cuña. Ya solo queda llevarlo a la mesa y disfrutar del plato junto con nuestros invitados. 

miércoles, 15 de enero de 2014

Hamburguesas de tofu

La verdad, llevaba tiempo que quería probar por mí mismo el tofu, ya que siempre había oído muchas opiniones y quería tener la mía. El tofu no es más que el resultado de cuajar la leche de soja con sales de calcio y magnesio, es una masa de proteínas y aceite que se forma un bloque prensado cuando se le escurre el líquido bajo presión. hay diversas variedades de tofu. Después de probarlo, tengo que decir que me parece un buen alimento en conjunto, ya que absorbe todos los sabores y aromas que se le agregan, por sí solo me parece un alimento insípido. Nos hemos puesto manos a la obra y después de mucho investigar, hemos alcanzado una receta que me parece muy rica y fácil de preparar. Además de vez en cuando nos viene bien suministrar a nuestro cuerpo, otro tipo de proteínas que no venga de origen animal.


Los ingredientes necesarios, son:


  • 275 g de tofu 
  • 1 cebolla grande
  • 100 g de calabaza
  • 3 champiñones grandes
  • 1 huevo
  • 7 cucharadas de avena
  • 3 cucharadas de tomate frito
  • 3 pimientas de Jamaica
  • Orégano
  • Comino en polvo
  • Aceite de oliva
  • Sal 


Comenzamos nuestra receta por poner el tofu en un colador para que expulse todo el suero, nosotros hemos utilizado un tofu firme, llamado así porque viene en un bloque muy prensado. En una sartén ponemos un poco de aceite de oliva y la cebolla cortada en brunoise, añadimos un poco de sal para que vaya pochando, mientras vamos cortando los champiñones en brunoise, recordad que no los lavamos, sino que con la ayuda de una servilleta le quitamos la tierra que tiene adherida, dejar pochar unos 3 minutos la cebolla y añadir los champiñones. Seguimos con cortar en brunoise también la calabaza, la cual nos va a aportar dulzor  a la elaboración, añadimos a la sartén y esperamos a que todo esté pochado, dejamos que se atempere antes de añadirlo al tofu. En un bol desmenuzamos el tofu con la ayuda de un tenedor, no sin antes, terminar de quitar el exceso de suero del bloque de tofu con la ayuda de unas servilletas de cocina, apretamos hasta que se empapen las servilletas. Una vez que lo tenemos desmenuzado añadimos el huevo, el orégano, el comino y las pimientas de Jamaica,que previamente hemos machacado en un mortero. Solo nos queda añadir la avena, para ello con la ayuda de una turmix, trituramos los copos de avena hasta obtenerlo en polvo, la avena es la que va a actuar de espesante y dará consistencia a nuestra hamburguesa. Añadimos la avena y las verduras pochadas y con la ayuda de las manos, antes nos pondremos unos guantes, unimos todos los ingredientes hasta obtener una masa parecida a la masa de hamburguesas de carne. Dejamos que nuestra masa se enfríe en la nevera al menos unos 45 minutos para poderlas manipular. A la hora de dar forma a las hamburguesas yo soy partidario de no usar molde y que cada una sea diferente en su forma, ya que nos va a dar una imagen más casera aún. Pasado ese tiempo, le damos forma y en una satén con aceite a fuego medio, hacemos unos dos minutos por cada lado hasta que tomen un color dorado. Las servimos en un plato y ya las podemos acompañar con lo que más te guste: una ensalada, unas papas fritas, unos aritos de cebolla, una confitura de tomate, etc...

lunes, 13 de enero de 2014

Cous-Cous de verduras

Hoy regresamos con una receta que hace tiempo que quería publicar, el cous-cous es un ingrediente muy utilizado en la zona del Magreb, región del norte de África (Marruecos, Túnez, Libia, Sahara Occidental, Argelia y Mauritania) pero a pesar de ello no es el más consumido, yo también pensaba que sí, es la pasta de trigo en sus diferentes formas. El cous-cous es una sémola de trigo duro que normalmente sirve de acompañamiento a carnes, ya sean cordero o pollo y a verduras. Es un ingrediente muy agradecido, ya que con pocos ingredientes podemos hacer un sabroso y rico plato. A mí a la hora de prepararlo no me gusta ponerlo al fuego, como indican algunos fabricantes, creo que se puede hidratar perfectamente fuera de los fogones sin perder todas sus propiedades, al igual que el elemento que considero perfecto para su hidratación es un buen caldo, según lleve carne o verduras, soy partidario de llevar a cabo la hidratación con la misma proporción de cous-cous, que de líquido. Lo que también me gusta es que es un ingrediente muy versátil que da mucho juego, ya que se puede comer tanto frío como caliente, cada receta tiene su forma de elaboración para sacar el mayor sabor.


Los ingredientes necesarios, son:

  • 250 g de cous-cous
  • 250 ml de caldo de verduras
  • 100 g de calabaza
  • 100 g de brécol
  • 1 calabacín mediano
  • 1 puerro
  • 1 cebolla mediana
  • 1 zanahoria
  • Sal
  • Aceite de oliva extra virgen


Comenzamos nuestra receta por picar todas las verduras en trocitos pequeños o brunoise, los vamos reservando sin mezclarlos, ya que con una parte de ellos vamos a preparar un caldo suave para hidratar y aromatizar nuestro cous-cous. En un caldero pondremos algo más de 250 ml de agua, ya que una parte se va a perder con la evaporación durante la cocción del caldo, como queremos extraer todos los sabores, vamos a partir de agua fría y añadimos la zanahoria, el brécol y el puerro, una vez que el agua rompa a hervir contabilizamos 10 minutos, con ello conseguiremos ablandar un poco las verduras más duras. En una sartén, pochamos a fuego medio la cebolla y la calabaza. pasado los 10 minutos, colamos nuestra verduras y reservamos el caldo obtenido. La verdura la añadimos a la sartén hasta obtener una verdura suave y con un color atractivo de un buen pochado. Cuando veamos que nos quedan unos 5 minutos para acabar nuestra elaboración, sera el momento de cocinar el cous-cous, para ello llevamos el caldo a ebullición y en un recipiente ponemos el cous-cous, añadimos el caldo, tapamos con un plato o una tapa y lo dejamos reposar unos 5 minutos, no sin antes poner un poco de sal y darle un par de vueltas con la ayuda de una cuchara. Pasado ese tiempo, destapamos y regamos con un poco de aceite de oliva extra virgen para darle la consistencia adecuada. Ya lo único que nos queda es añadirlo a las verduras, remover y servir, tu ahora decides si lo quieres comer frío o caliente. Este plato a mí me gusta caliente y no me gusta disfrazarlo con ningún condimento más para poder apreciar todos los sabores de las verduras fusionadas con el aceite de oliva extra virgen.