jueves, 5 de abril de 2012

Torrijas

Hoy es uno de esos días que esperas a que llegue con ansias, por la casa circula un aroma especial que me acompaña desde niño cuando llegan estas fechas, es una mezcla de olores, huele a canela, naranja, limón, vainilla... en definitiva al conjunto que una vez frito en aceite de oliva son las torrijas. Rico postre de la cocina tradicional española y un clásico en Semana Santa. Ya se que se pueden preparar todo el año pero comenté anteriormente es un clásico que se prepara en casa por estas fechas, es una tradición en mi familia, como es en Navidad adornar el árbol y hacer el belén.

Entramos en terreno pantanoso diciendo que como las torrijas de mi madre no hay ninguna, ya que para cada uno como la comida de mamá no hay nada. Como reflexión personal, creo que nos estamos acomodando, estamos perdiendo recetas caseras y tradiciones familiares, ya que no tenemos tiempo para prepararlas y preferimos pagarlas en la calle a precios escandalosos y que no se parecen en nada a las que nos comíamos, ya que falta el ingrediente necesario que le ponemos en casa, amor. Con eso no quiero desmerecer a nadie pero lo casero hecho con amor y paciencia siempre es mejor, además no escatimamos en cantidades ya que no vamos mirando el beneficio final.

Los ingredientes necesarios, son:

  • 1 barra de pan
  • 1 1/2 l de leche entera
  • 8 cucharadas de azúcar
  • 1 rama de canela
  • 1/2 vaina de vainilla
  • Cáscara de limón
  • Cáscara de naranja
  • Huevos c.s.
  • Aceite de oliva
  • Azúcar y canela en polvo


La receta la comenzamos con dos días de antelación, ya que comparemos una barra de pan, el cual dejamos para que se nos quede dura y pueda absorber la leche. El día que vayamos a preparar las torrijas cortamos el pan en rebanadas, como un dedo de gordo. En un caldero ponemos la leche con la rama de canela, la vaina de vainilla (la cual abrimos por la mitad para sacar toda la esencia con la ayuda de una puntilla), las cáscaras de limón y naranaja, recordar que no tenga parte blanca ya que amarga. Ponemos nuestro caldero a fuego lento, una vez que empiece a hervir añadimos el azúcar y dejamos que hierva durante al menos 30 minutos. En una bandeja de horno ponemos las rebandas de pan y regamos con la leche cuando este tibia que previamente hemos colado. Dejamos que el pan se empape por lo menos 30 minutos y con la ayuda de una espátula vamos dando la vuelta a todas nuestras rebanadas. Ponemos una sartén al fuego con abudante aceite de oliva, mientras se calienta el aceite, batimos en un plato un par de huevos, sacamos nuestras rebanadas de pan y las pasamos por el huevo batido. Una vez que el aceite esté caliente, empezamos a freír nuestras torrijas. Procederemos de la misma manera con todas nuestras rebanadas hasta finalizar. Las ponemos en una bandeja una vez que las saquemos, después las pasamos a otra bandeja, después espolvoreamos una a una nuestras torrijas aun calientes con una mezcla de azúcar y canela en polvo (la proporción es de 3 de azúcar por 1 de canela) para que vaya formando el almíbar al entar con el calor de cada torrija. Las vamos apilando unas encima de las otras por toda la bandeja. Servimos una vez que estén frias, ya que caliente llenan mucho y nos pueden sentar mal. Yo personalmente me las como solas, aunque reconozco que con un helado de vainilla o leche merengada también están muy ricas.



Decir que en mi casa también es tradición prepararlas de vino, para ello la leche se sustituye por vino blanco, el cual se pone a hervir con canaela, limón y azúcar. Se procede del mismo modo que las de leche a la hora de prepararlas. Espero que disfruten de este postre típicamente español.