sábado, 24 de marzo de 2012

Albóndigas caseras de carne

Hoy presentamos una de las recetas más tradicionales de la cocina española, es raro la región del país que una tiene una donde las albóndigas cobran protagonismo. Su elaboración deber ser de un día para otro, ya que da tiempo a que la elaboración se asiente y tenga un sabor más intenso, además es comida típica de fin de semana o festivo, ya que la preparamos el día anterior y el día de degustarlas tenemos casi todo el día para disfrutar con nuestros hobbies ya que tenemos la comida casi lista.


Decir que las albóndigas se pueden preparar de diferentes tipos de carne, ya sea de ternera, de cerdo, de pollo, de mezcla (ternera-cerdo) o incluso de pescado. En nuestro caso será de mezcla ya que quedan más jugosas a la hora de comerlas.


Los ingredientes necesarios para nuestra elaboración son:


  • 350 g. de ternera picada
  • 150 g. de cerdo picado
  • 1 huevo fresco
  • 1 cebolla blanca
  • 1 pimiento verde
  • 1 pimiento rojo
  • 2 zanahorias
  • 1 bote tomate frito (210 g)
  • 2 dientes de ajo
  • 3 papas medianas
  • ½ vaso de vino blanco
  • 1 hoja de laurel
  • Tomillo
  • Romero
  • Orégano
  • Perejil
  • Pimienta negra molida
  • Sal
  • Aceite de oliva
  • 1 cucharadita de azúcar
  • Agua c.s.
  • Harina c.s.



Comenzamos nuestra receta por preparar las albóndigas, para ello en un bol de cristal ponemos las carnes, el huevo, 1 diente de ajo picado en brunoise, la pimienta negra molida, perejil picado y sal. Amasamos todo bien y hacemos una pasta homogénea. Con la ayuda de una cuchara que nos va a servir a modo de medida damos forma a nuestras albóndigas, nos ayudamos con las manos dándole la forma redonda. Una vez que las tenemos todas, las pasamos por harina, utilizaremos la cantidad suficiente (c.s.) para envolverlas, reservamos. Lavamos y picamos toda la verdura, la cebolla, los pimientos, el ajo en brunoise y la zanahoria la laminamos partida a la mitad. Una vez tenemos todo cortado, ponemos un caldero al fuego con un poco de aceite de oliva y doramos nuestras albóndigas, una vez doradas, reservamos. En el mismo caldero ponemos a pochar la cebolla, cuando ya esté un poco pasada añadimos el ajo, después los pimientos y finalmente las zanahorias. Dejamos que todo poche bien, cuando veamos que la verdura casi está añadimos el vino blanco y dejamos a que evapore (recordar el truco de que cuando olamos y no nos pique la nariz, ya no habrá alcohol), entonces añadiremos el tomate frito y la cucharadita de azúcar. Dejamos un par de minutos antes de añadir un poco de agua, dejamos a fuego lento para que reduzca, repetiremos esta operación durante 1 hora y media o 2 horas, para dejar sabrosa nuestra salsa, calculamos que usaremos como un vaso de agua. Cuando pasado este tiempo veamos que la salsa casi ha reducido, añadimos el laurel, el tomillo y el romero. Al tener ya la salsa casi reducida es el momento de añadir nuestras albóndigas, dejamos a que espese la salsa y ya tenemos nuestra elaboración ya terminada, dejaremos reposar al menos 1 hora. Al mismo tiempo que la salsa vamos preparando nuestra guarnición que en nuestro caso lo haremos con unas papas en cuadraditos con orégano, pero también se pueden comer con pasta, arroz o incluso una papilla (puré de papas). Una vez tenemos nuestras papas cortadas en daditos, las freímos en una sartén, las dejaremos doraditas y las colamos sobre una rejilla para eliminar el aceite sobrante, pasado unos minutos le ponemos la sal y el orégano, reservamos. A la hora de servir nuestra elaboración, con las papas hacemos una cama y encima colocamos nuestras albóndigas con la salsa. Llevamos a la mesa y las comemos antes de que se enfríen. A modo de consejo diremos que si te gusta mojar con pan o que queden más caldosas, lo único que tienes que hacer es no dejar que la salsa reduzca tanto.


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