viernes, 16 de marzo de 2012

Merengues negros

Hoy retomamos el blog después de unos días donde hemos cumplido el trámite de hacer las prácticas en un restaurante u hotel según el destino de cada compañero. Todo ha ido bien y ya estamos aquí de nuevo. 

Muchas veces cuando cocinamos solo con las yemas no sabemos que hacer con las claras y muchas veces las tiramos, pues desde aquí quiero dar una idea para que eso no vuelva a suceder, en mi caso es una receta que me acompaña en mi vida desde que tengo uso de razón, ya que siempre se la he visto elaborar a mi tía Lola, a mi Yaya y a mi madre. La verdad es que no presenta ninguna dificultad, es fácil y rápido de elaborar, lo mejor de todo es que es un postre fresco con el cual podemos sorprender a nuestros invitados. La única pega que encontraba a la hora de elaborarlo era que las cocinas de gas habían pasado a mejor vida en las casas de mi familiares y la receta cayó en el olvido, pero hace poco se me ocurrió intentarlo con un soplete de cocina ya que el toque final es quemar las claras montadas a punto de nieve con azúcar y ralladura de limón. Dicho y hecho, aquí esta el resultado, al volverlos a comer he regresado de nuevo a mi niñez, ya que es un sabor que como ya comenté me ha acompañado a lo largo de mi vida. Ya sin mas dilación vamos con la receta.

Los ingredientes necesarios, son:

  • Claras de huevo
  • Azúcar
  • Ralladura de limón 
  • Sal fina


Comenzamos nuestra receta por montar nuestras claras a punto de nieve, para ello a las claras le añadimos una pizca de sal que nos ayudará a que monten mejor, para ello podemos hacerlo manual con una varilla de cocina o con una batidora con las aspas adecuadas al trabajo a realizar. Una vez que tenemos nuestras claras a punto de nieve (estarán bien montadas cuando le demos la vuelta al recipiente y aguanten la caída por gravedad) le añadimos el azúcar y la ralladura fina de la piel de un limón. Una vez que hemos mezclado todo llega el momento de comenzar a dar forma a los merengues negros, como ya habéis deducido, se llaman negros porque se queman con el soplete. Lo dicho, con la ayuda de un tenedor hacemos como una bola y con la ayuda del soplete vamos quemando todo el exterior, con la ayuda de un cuchillo los vamos depositando en una bandeja, haremos esta misma operación hasta que nos quedemos sin merengue. Una vez finalizado llevamos la bandeja al frigorífico donde cogerán frío y soltarán el almíbar que dará un sabor característico a nuestro postre. A la hora del postre, lo sacamos del frigorífico, lo llevamos a la mesa y los degustamos fresquitos. Espero haber dado una idea para aprovechar las claras.


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