viernes, 28 de octubre de 2011

Quiche de jamón, queso y verduras

Hoy presentamos un plato que hemos preparado en la escuela y la verdad está muy rico. Es un plato templado que está dentro de la categoría de entrante, pero nos sirve para una cena, una merienda o un tentempié, lo único es que es un poco entretenido elaborar la pasta quebrada, aunque es una magnífica actividad familiar, sobretodo si tenemos hijos, ya que amasar la harina gusta mucho a los niños.

Primero diremos como elaborar la pasta quebrada salada que nos hace falta para elaborar este plato y después continuaremos con la receta.

Comenzaremos la pre elaboración con la pasta quebrada, la elaboraremos con: 300 g. de harina floja (baja en gluten), 150 g. de mantequilla (en pomada, quiero decir que esté moldeable), 10 g. de sal, 5 g. de azúcar, 2 yemas de huevo y 100 ml. de leche, amasamos todo junto y el resultante será la masa de la pasta quebrada, es una masa que tendrá una consistencia de quebrarse al intentar amasar, de ahí le viene el nombre de quebrada. Seguidamente coceremos las habichuelas y las zanahorias, para terminar cortando el jamón de york en tiras y rallar el queso.


Los ingredientes, son:

  • 300 g. de pasta quebrada
  • 1/2 l. de nata
  • 3 huevos
  • 100 g. de jamón york
  • 100 g. de queso machego semi
  • 50 g. de habichuelas
  • 50 g. de zanahoria
  • Pimienta blanca molida, c.s.
  • Nuez moscada, c.s.
  • Sal, c.s.


Recordar que las siglas c.s., se refieren a cantidades suficientes. Comenzamos nuestra elaboración por forrar el molde con un poco de mantequilla y harina para evitar que se nos pegue, pinchamos la base con la ayuda de un tenedor y cocemos en blanco a 170 grados en el horno, para ello lo forramos con papel de aluminio y le ponemos peso encima, en este caso garbanzos, los guardaremos para reutilizar en más cociones en blanco. En un bol mezclamos la nata, con los huevos batidos, las habichuelas (cortadas en rueditas), la zanahoria (cortada en brunoise), el queso y el jamón. Sazonamos con la nuez moscada molida, la pimienta blanca y la sal. Ya solo nos queda rellenar el molde y cuajar al horno a la temperatura antes reseñada de 170 grados. Para comprobar que nuestro quiche está hecho nos ayudaremos de una brocheta de madera, si sale limpia eso nos indicará que está hecho.

Diremos que el quiche está abierto a todas las combinaciones posibles que se nos ocurran y nos gusten, como consejo decir que podemos añadir verduras para la gente que le cuesta comerla, en especial los niños.

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